martes, 6 de diciembre de 2011

"Las voyager"divisan luz intacta de la Vía Láctea

Las naves humanas que han viajado más lejos en el espacio acaban de batir un nuevo récord. Los sensores de las sondas Voyager de la NASA, lanzadas en 1977 y que están a apunto de abandonar el Sistema Solar para aventurarse por primera vez en la historia en el espacio interestelar, han captado un tipo de luz de la Vía Láctea que hasta ahora no había podido observarse.Se trata de un tipo de radiación conocido como Lyman alfa y que, según la teoría, es característico de las zonas del espacio en las que está naciendo una estrella. Observar este tipo de luz desde el Sistema Solar es imposible, ya que la radiación del Sol hace imposible captar destellos de la Vía Láctea, del mismo modo que las luces de una ciudad emborronan el cielo nocturno.La posición privilegiada de la Voyager 1, a casi 18.000 millones de kilómetros de la Tierra, y de su hermana, a más de 14.000 millones de kilómetros, les han permitido observar la luz en el espectro Lyman alfa, y podrán confirmar en qué puntos de la Vía Láctea están naciendo nuevas estrellas, según el equipo de la astrónoma Rosine Lallement del Observatorio de París, que ha analizado los datos de las sondas y que publica hoy sus resultados en la revista Science.

Un eclipse total de Luna podrá verse el 10 de diciembre de 2011

Un eclipse total de Luna podrá verse el próximo 10 de diciembre al amanecer desde la zona oeste de Estados Unidos hasta Europa del Este, informó hoy la agencia espacial estadounidense (NASA).Los que deseen disfrutar del espectáculo tendrán que estar listos antes del amanecer, ya que comenzará sobre las 04.45 de la mañana hora del Pacífico (12.45 GMT) cuando la sombra de la Tierra caiga sobre el disco lunar. Casi dos horas más tarde la Luna quedará totalmente engullida en una luz rojiza, un efecto que no podrá volver a verse hasta 2014 y que será visible desde el lado del Pacífico de EE.UU., a través del Océano Pacífico y Asia, y el este de Europa.El eclipse total de Luna se produce cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean. El color tomado por la Luna, que va desde el naranja hasta el cobrizo o marrón se debe a que los rayos solares se descomponen al pasar por la atmósfera terrestre, filtrando las radiaciones de onda más corta de color azul y permitiendo el paso de las de onda más larga de color rojo.El enrojecimiento de la luna tendrá distintos ciclos a lo largo del eclipse, "penumbra" es la primera etapa, cuando la Luna comienza a ocultarse tras una leve sombra producida por la Tierra.El segundo ciclo se llama "umbra" y corresponde al momento en que la Luna comienza a cubrirse con la sombra más oscura de la Tierra.Después comienza la fase de "totalidad", cuando la Luna está completamente cubierta por la sombra de la Tierra y toma un color rojo intenso.El punto máximo del eclipse se producirá cuando la Luna esté totalmente oscurecida por la Tierra, que se interpondrá por completo entre el Sol y el satélite. Desde el momento en que acaba la "totalidad", comienza el final del eclipse, cuando la "umbra" dejará ver de nuevo la superficie lunar.

Pueden existir grandes cantidades de agua en Marte

Nuevas imágenes recogidas por la sonda Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA), indican la existencia de grandes cantidades de agua bajo la superficie marciana.Las fotografías tomadas en la zona de la cordillera Phlegra Montes, muestran abanicos lobulares de derrubios, que son morfológicamente muy similares a las acumulaciones de desgaste que cubren los glaciares en la Tierra, indica la ESA en su sitio web.Esas estructuras están mayormente relacionadas con la presencia de agua en estado sólido, a veces a poca profundidad, señala. "Este hecho sugiere que quizás también existan glaciares enterrados bajo la superficie de Marte en esta región", agrega la información. Todos estos indicios apuntan a la existencia de grandes cantidades del líquido en la región de Phlegra y, "si así fuera, esas grandes reservas podrían abastecer de agua a los futuros astronautas que exploren el planeta rojo", destaca la información.Las imágenes fueron recuperadas con la cámara estéreo de alta resolución que viaja a bordo de la sonda Mars Express de la ESA, y complementan las observaciones realizadas por el radar a bordo de la Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA. En la actualidad son varios los instrumentos que estudian al planeta rojo, los robots Spirit y Opportunity, ubicados en la superficie del astro, y tres sondas orbitales: Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter de los Estados Unidos, y el Mars Express, de la Agencia Espacial Europea.

La NASA confirma la existencia de un planeta que podría ser habitable

Los descubrimientos científicos están consiguiendo que, paso a paso, la realidad vaya aproximándose a las historias de ciencia ficción con viajes a otros planetas habitables para el ser humano y formas de vida extraterrestre. En ese límite entre la imaginación y la realidad se ubica el descubrimiento que confirmó ayer la NASA. Se trata del planeta Kepler-22b, el cual podría albergar vida, ya que se encuentra en la zona de habitabilidad de una estrella similar al Sol. Ha sido gracias a la misión Kepler, el laboratorio espacial que desde 2009 busca exoplanetas por toda la Vía Láctea, que se ha podido comprobar que este planeta cumple la condición para poder tener agua en estado líquido en su superficie: estar en la «zona habitable» de una estrella. De la lista de 54 exoplanetas que la NASA hizo pública en febrero de 2011, Kepler-22b es el primero en el que se ha completado el estudio para ratificar su clasificación como planeta en una zona habitable. Esta confirmación supone un paso más en el descubrimiento de planetas en los que podrían encontrarse formas de vida extraterrestre. «Este es un gran hito en la búsqueda del planeta gemelo a la Tierra», reconoció Douglas Hudgins, quien forma parte del programa Kepler. Kepler-22b se encuentra a 600 años luz de distancia de la Tierra, su radio es 2,4 veces mayor al de nuestro planeta y el astro alrededor del que orbita es ligeramente más pequeño y más frío que nuestro Sol. Pero hay datos que aún se desconocen, como si su composición es mayoritariamente líquida, gaseosa o rocosa. El sistema que Kepler utiliza para encontrar planetas es relativamente sencillo: analiza los cambios en el brillo de una estrella para comprobar si se deben al cruce de un planeta frente a ella. Para verificar que esa señal es un planeta necesita un mínimo de tres tránsitos o cruces y del análisis posterior desde la tierra realizado desde el telescopio espacial Spitzer. William Borucki, investigador principal de la misión Kepler, reconoce que en el caso del Kepler-22b la suerte los sonrió. «El primer tránsito fue capturado tres días después de que Kepler estuviera operativo». Su equipo tuvo que esperar hasta las navidades de 2010 para que el tercer tránsito ocurriera. Además de Kepler-22b, el equipo encargado de esta misión corroboró el descubrimiento de otros 1.094 candidatos a convertirse en planetas, lo que eleva a 2.326 el total de cuerpos celestes que podrían recibir esta clasificación en los próximos meses.